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Club de Planeadores Los Caranchos

Aeródromo:  Ruta Provincial C-45  -  ALTA GRACIA  -  Departamento Santa María  -  Provincia de Córdoba  - República Argentina


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CURSO TEÓRICO
DE
PILOTO DE PLANEADOR

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6ª Sección: TIRABUZONES, ESPIRALES, APROXIMACIONES Y DESLIZAMIENTOS

TIRABUZONES

En razón de sus características, los aviones modernos son difíciles de entrar en tirabuzón. Por lo tanto su práctica ha sido eliminada en los cursos de Piloto Privado de la especialidad, insistiéndose en cambio en las maniobras conducentes a su prevención (pérdidas de sustentación, vuelo lento, etcétera).
En los planeadores, el tirabuzón puede ser empleado para descender rápidamente sin aumentar la velocidad, cuando exista la posibilidad de ser absorbido por un cúmulus o al encontrar fuertes ascendentes sin contar con spoilers o frenos de picada. Sin embargo, no debe intentarse su ejecución sin conocer las características de la aeronave a emplear y sin estar provisto de paracaídas.
El tirabuzón se produce cuando el ala del lado interno al mismo se mueve a través del aire con un ángulo de ataque mucho mayor que la opuesta. Esto la pone en pérdida de sustentación, lo que origina -en principio- su caída y con ello una rápida rotación sobre el eje longitudinal, que sólo puede detenerse con la recuperación de la sustentación normal del ala en pérdida.
Antes de practicar tirabuzones, debe constatarse la posición del centro de gravedad del planeador.
Si se encuentra muy adelante y la palanca es empujada demasiado en ese sentido durante la salida, o sostenida en esa posición mucho tiempo, una máquina aerodinámica limpia puede tomar una velocidad excesiva.
Para evitarlo, tan pronto cese la rotación y la velocidad tienda a aumentar, la aeronave debe ser sacada de la picada en forma suave pero firme.
Una presión atrás brusca o demasiado rápida puede ocasionar una pérdida de sustentación secundaria o una falla estructural.
Si, en cambio, el centro de gravedad está muy atrás y la aeronave entra o es puesta intencionalmente en tirabuzón, la recuperación puede ser difícil o en algunos casos imposible.
Por estas razones, antes de intentar la práctica de esta maniobra hay que asegurarse que el peso esté dentro de los máximos y mínimos permisibles y no se excedan los límites delantero o trasero de la posición del centro de gravedad.
Si inadvertidamente se llega a una pérdida de sustentación o tirabuzón con los spoilers aplicados, éstos deberán ser retraídos de inmediato.
Vamos a insistir: la salida del tirabuzón no debe ser brusca o abrupta, especialmente si se ha permitido que la aeronave acelere hasta cerca de sus limites máximos que nunca deben ser excedidos intencionalmente.

EJECUCION

Con no menos de 1.000 m (3.300 pies) de altura, después de verificar -mediante virajes escarpados en ambos sentidos- que el área está libre de otras aeronaves, levantar la nariz del planeador sobre el horizonte llevando gradualmente la palanca atrás hasta que llegue a su posición extrema.
No será preciso adoptar en la mayoría de los planeadores un ángulo muy empinado. Generalmente 15º a 30º serán suficientes. La actitud de cabeceo se mantendrá constante hasta que la palanca llegue totalmente atrás y la nariz comience a caer. En este momento se accionará a fondo el pedal del lado que se desea el tirabuzón, manteniendo así ambos comandos hasta el momento de la recuperación.
Cuando se desee salir del tirabuzón, aplicar timón opuesto al sentido de rotación y aflojar ligeramente la palanca hacia adelante hasta que éste cese y la máquina entre en una picada recta de la que se recuperará en forma normal, debiendo tenerse en cuenta no permitir un aumento excesivo en la velocidad, ni aplicar en forma brusca el timón de profundidad, para evitar cargas estructurales o una pérdida secundaria.
Si durante la entrada o ya en el tirabuzón, se notara tendencia a un aumento de la velocidad y/o una disminución en la rotación, la aeronave habrá entrado en una espiral picada. En este caso debe procederse a una inmediata salida, centrando los mandos y volviendo al planeo recto.

ESPIRALES

Pueden ser intencionales -cuando haya que perder altura en un determinado sector  o involuntarias -como consecuencia de mala aplicación de los mandos o por intentar el vuelo en nubes sin estar capacitado.
Puede suceder que durante la práctica de ciertas maniobras, no se apliquen oportunamente los alerones para evitar la sobreinclinación. Un aumento incontrolado de ésta, originará que la nariz descienda aumentando la velocidad.
Si se intenta corregir llevando la palanca atrás sin levantar el ala baja, el viraje se cerrará aún más, agravándose el error. Para volver al planeo recto desde una espiral picada, no intentar la recuperación simultánea con los alerones y timón de profundidad. Ello puede originar cargas sobre las alas de una magnitud tal que las mismas no soporten el esfuerzo combinado de torsión -producido por los alerones- y el de flexión -debido a la acción del timón de profundidad-.
La forma correcta de recuperar es disminuir la inclinación para luego levantar la nariz hasta obtener la actitud normal de planeo.

APROXIMACIONES

Aun cuando existen varios tipos dc aproximaciones, todas terminan -básicamente- en la de 90º (Fig. 2 A, 2 B y 2 C).
Esto significa que independientemente de las alturas o figuras con respecto al terreno, siempre debe llegarse al punto base (situado a 45º del punto de aterrizaje) con una altura entre 100 y 120 m. (300 a 400 pies). Llegar a este punto con la altura enunciada permite un ajuste final de la maniobra ya sea alargando la trayectoria o acortándola.
Para unificar la terminología: el lado paralelo a la dirección de aterrizaje -con viento de cola-, se denomina recta inicial. El siguiente, a 90º del punto de toque -donde se tiene el viento de costado- se designa como recta o lado básico en razón que en el mismo se sitúa el punto base.
Por último el tramo final, desde donde tiene lugar el último viraje para enfrentar la pista, lleva el nombre de recta o tramo final.
Es preciso llegar a cada una de estas posiciones con una altura establecida, que puede variar con los diferentes tipos de planeador empleados en la instrucción o entrenamiento.
En cuanto a las distancias respecto a la pista, pueden variar  -aun para la misma aeronave- en relación con la velocidad del viento (serán menores cuando mayor sea la velocidad de éste) considerándose conveniente contar siempre con un margen de altura un poco mayor que el necesario por razones de seguridad.
El exceso puede disiparse con el empleo del flaps, spoilers, deslizamientos o variando la velocidad en final.
En este último caso resultará más fácil ajustar la corrección cuanto más pronto se note la necesidad de hacerlo, puesto que para eliminar altura con este método, es preciso disminuir la velocidad de planeo; procedimiento no aconsejable en razón del riesgo de entrar en pérdida a una altura que impida su recuperación.
Cuando por error en la apreciación de la intensidad del viento se llegue al lado final con poco margen de altura, el planeo puede alargarse ligeramente empleando una velocidad mayor que la normal a efectos de aumentar la diferencia entre ambas (planeador-viento).
Nunca se intentará perder el exceso de altura en final, mediante la realización de un viraje de 360º. Esto terminará siempre en un serio problema, que, en el mejor de los casos, puede ser la necesidad de efectuar un aterrizaje de emergencia en cualquier dirección, independientemente del viento reinante en un terreno inadecuado y sin las dimensiones mínimas.


Figura Nº 2 – Aproximaciones

No es preciso pensar demasiado en las otras alternativas, si recordamos que el planeador no puede, como el avión, corregir el error dando otra vuelta.
Si la aeronave empleada tiene spoilers o flaps, debe comprobarse su funcionamiento con anticipación a la llegada a final para decidir -en caso que los mismos no puedan accionarse-, un procedimiento alternativo.
Atención: No emplear -dentro de lo posible- los spoilers durante los virajes.
Cuando se opte por deslizamientos, recordar que el velocímetro no proporcionará lecturas precisas y que la salida de ellos debe realizarse con suficiente altura para acomodar la velocidad antes de comenzar la nivelación para el aterrizaje con no menos de 5 m. (15 pies) en final.

DESLIZAMIENTOS

Propósito: Los deslizamientos capacitan al alumno o piloto para corregir errores menores en los cálculos de aproximación y también para la ejecución de aterrizajes con viento cruzado.
Pueden definirse como el método de perder altura sin aumentar la velocidad, especialmente en planeadores sin flaps o spoilers. Su aplicación es la de permitir aterrizajes cortos en campos rodeados de obstáculos o la de ajustar el cálculo final de la aproximación.
Existen tres clases de deslizamientos: en avance, laterales y en virajes.
En el primero la dirección del desplazamiento continúa siendo la original. Se ejecuta de la siguiente manera:
Desde un planeo recto, se inclina el planeador con los alerones hacia uno de los lados del eje longitudinal -derecho o izquierdo-, aplicando el timón de dirección opuesto.
Puede realizarse esta operación simultánea, aunque conviene utilizar previamente los alerones que son los que gobiernan el sentido de la maniobra.
Teniendo en cuenta que generalmente el timón de dirección debe aplicarse a fondo, llegado a esta situación, la trayectoria deseada se controlará con los alerones. Aumentando la inclinación se producirá el viraje hacia ese lado; disminuyéndola el efecto será inverso.
Como el velocímetro -debido a la ubicación del tubo pitot y las tomas estáticas- puede indicar un error considerable, debe descartarse su empleo, manteniendo la actitud correcta por el sonido del aire y la sensación de los mandos.
La salida del deslizamiento se lleva a cabo nivelando el ala baja, sin aflojar el timón de dirección hasta que la máquina pretenda girar para el lado en que está aplicado.
Cuando esta tendencia se manifieste, el timón se centrará para reasumir la trayectoria original.
Si ambos comandos se centran simultáneamente, la aeronave -debido a la súbita eliminación del frenamiento-, además de oscilar violentamente adquirirá un exceso de velocidad que anulará los objetivos perseguidos  perder la altura sin ganar velocidad.
En cuanto a los deslizamientos laterales, su diferencia con los anteriores radica en que la dirección de marcha se mantiene constante, es decir paralela a la trayectoria de vuelo original mientras que el fuselaje se desplaza en sentido lateral a ésta. Esté desplazamiento lateral depende del grado de inclinación empleado, pudiendo ser desde moderado hasta alcanzar casi la vertical verdadera.
Esta maniobra es muy útil durante las aproximaciones con viento cruzado, debiendo realizarse siempre en contra de éste.
Además de los efectos comentados, “prepara” la aeronave para el aterrizaje en estas condiciones.
Tener en cuenta que la envergadura de los planeadores obliga a que el grado de inclinación cerca del suelo sea cuidadosamente controlado, para evitar un eventual choque de la punta del ala con el terreno.
Por último, el deslizamiento en virajes es el que se emplea durante el giro de básica a final y su ejecución consiste en la aplicación del timón de dirección opuesto al sentido del viraje. Nuevamente se hace notar que deberán tomarse precauciones cuando esta maniobra se realice a baja altura por las razones ya expuestas para los deslizamientos laterales.
Se hizo mención de la exactitud del velocímetro durante los deslizamientos. También se explicó que la aeronave debía controlarse por la actitud y el sonido del aire al pasar por la misma.
Existe otro indicio durante estas maniobras para notar cuando la velocidad de planeo no es la mínima adecuada. En este caso, pese a mantener los mandos aplicados en la dirección correcta, el planeador mostrará tendencia a nivelarse cuando la velocidad se aproxime a la de pérdida de sustentación.

Los errores más comunes son generalmente:

1º- Coordinación pobre.

2º- Control pobre de la velocidad.

3º- Control pobre de la dirección.

4º- Patinadas en las recuperaciones.

5º- Poca justeza.
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Última modificación: 26 de Febrero de 2006