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Manual del Vuelo a Vela
Wolf Hirth - 1942
HISTORIA DEL VUELO A VELA
por GEORG BRÜTTING
5º Sección
Entre el grupo de vuelos de 300 km. merece mencionarse especialmente el vuelo a Bélgica de
Hofmann, pues, a juicio de las autoridades del vuelo sin motor, representa el vuelo de
distancia más importante hecho hasta ahora; Hofmann emprendió el vuelo en las
circunstancias más difíciles que se pueden imaginar, quedando probadas claramente las
dificultades del vuelo en el hecho de que durase ocho horas y media !.
No menos importante fue su vuelo de 474 km. a Olesnice, en Checoslovaquia, que le hizo ser
el primer piloto que alcanzó los anhelados 400 km.; pero el segundo vuelo de esta
categoría, mucho más difícil, lo llevó a cabo Wolf Hirth, el cual, en un día de
viento muy flojo, en su rápido velero « Minimoa », de nueva construcción, voló a vela
420 km. hasta Zlabings, en Checoslovaquia.
Por fin, llega la ocasión de mencionar los cuatro pilotos
de marca mundial que en aquel lunes de la segunda semana, que se caracterizó por ser un
día de tiempo ideal para el vuelo sin motor, alcanzaron, casi en el mismo tiempo, el
aeropuerto de Brünn: Rudolf Oeltzschner, de Merseburg, en «Condor»; Otto Braeutigam, de
Dresde, en su antiguo «D-B-10 »; Heinemann, de Hamburgo, en un « Rhönsperber», y
Steinhoff, de Frankenhausen, sobre «Rhönadler». En este día rebasaron también el
límite de los 400 km.: Peters, de Aquisgrán; Späte, de Chemnitz; Bartaune, de Bremen,
así como Heini Dittmar, los cuales aterrizaron en Checoslovaquia.
Desgraciadamente, este día de tanto éxito no
transcurrió sin una nota triste: Rudolf Oeltzschner caía mortalmente poco después de
haber volado sobre la frontera alemana, en Selb, a consecuencia de una turbulencia
vertical de extraordinaria intensidad, mientras volaba remolcado en la Wasserkuppe.
Después del concurso, también se tuvieron noticias de más vuelos de importancia: así
la nueva marca mundial de distancia en velero biplaza alcanzada por Siegler, de Munich, el
cual voló con un pasajero 580 km. de Hannover a Cuxhaven, aunque de momento no se fijó
mucho la atención en este resultado. Igualmente es digno de mención el vuelo del piloto
Hutch, de Hamburgo, el cual voló fijando el objetivo desde esa ciudad a Hannover y al
día siguiente envolaba por remolque y llegaba nuevamente a su punto de salida, al
aeropuerto de Hamburgo. Finalmente, cerraba el año con una nueva marca mundial: el joven
profesor de vuelo Kraft, partía de Hornberg y llegaba, fijando el objetivo, a Colonia, en
un vuelo de 330 km., que excedía nada menos que en 60 km. a la marca anterior de Peter
Riedel.
Todavía hay que citar otros dos acontecimientos del año
1935. Largo tiempo habían deseado nuestros pilotos contar con alguna ayuda para no tener
que interrumpir un vuelo de distancia cuando dejase de soplar el ángel de los vientos y
ese deseo fue la causa inicial de la instalación en los aparatos de un motor auxiliar,
mereciendo mención especial, entre los primeros ensayos hechos, el « MotoCondor La Falda
», de Peter Riedel. Sin embargo, la resolución completa de este problema dependía de la
construcción de un motor con el mínimo peso por caballo y, si esta cuestión se
resolvía, entonces sería un hecho el haber llegado al verdadero « pasearse por el aire
». Al principio de este nuevo aspecto del vuelo a vela hubo en todas partes muchas
alternativas, en cuanto a las ideas que debían prevalecer, y, ante todas ellas, hay que
fijar en primer lugar el concepto de que un motovelero es, desde luego, un velero que por
medio de un motor eclipsable o de montaje análogo se hace autónomo para el envuelo y, en
cierto modo, independiente de las circunstancias del tiempo.
El segundo suceso que hay que citar es el de la aparición
del vuelo con energía muscular, realizado en agosto de 1935 con envuelo por medio
de tirantes. Este género de vuelo no entra, es cierto, de un modo inmediato en la
categoría de vuelo a vela; pero en último extremo, la idea inicial de él ha nacido del
vuelo sin motor. El piloto de velero Dünnebeil voló con la fuerza muscular en el
aeropuerto de Francfort sobre un aparato construido por los fabricantes de Dessau,
Haessler y Villinger, recorriendo 273 m. y, en el año de la Olimpíada, el piloto de
velero Hofmann mejoró esta marca en Hamburgo, pues la elevó a los 425 m., llegándose,
en 1937, a los 724 m. Tanto los motoveleros como los aparatos de energía muscular están
todavía en los comienzos de su desarrollo.
Dentro del año 1935, en él que como año preliminar de
la Olimpíada todos los veleros llevaban los aros olímpicos con la inscripción «
Olimpíada de Berlín 1936 », fue solicitado el vuelo sin motor alemán, para bien suyo y
de Alemania, para realizar otras expediciones: en la Pascua de Pentecostés volaban en
Portugal Oeltzschner, Fischer y Hanna Reitsch; después del concurso del año, salía por
segunda vez Hanna Reitsch con Philipp hacia Finlandia, donde mientras tanto se había
llegado a una gran actividad de vuelo y de enseñanza, de modo que el finlandés Nissinen
podía ya ostentar el distintivo superior. Del 1º al 18 de septiembre tomaban parte en el
Concurso internacional de vuelo sin motor del valle de la Jungfrau, en Suiza, el coronel
Udet, Heini Dittmar, Ludwig Hofmann y Peter Riedel;. en este concurso, el suizo Schreiber
atravesaba los Alpes hasta Bellinzona, como primer piloto de velero que realizaba tal
hazaña, llevada a cabo después de un vuelo remolcado sobre el macizo de la Jungfrau,
siendo el vencedor del concurso Heini Dittmar, y ganadores de los premios de altura y de
distancia, respectivamente, Ludwig Hofmann y Peter Riedel. Finalmente, por el mismo tiempo
salía Wolf Hirth con Karl Baur y su antiguo ayudante Hans Stolz y por el ferrocarril
transiberiano iban al Japón, donde educaron, hasta fin de año, a los pilotos japoneses
en la alta escuela de vuelo sin motor, con el éxito importante de que la marca japonesa
de duración fue llevada a las 10 horas.
Todo esto era trabajo bajo el ideal de la « Olimpíada »
de Berlín de 1936, que en su programa de juegos hacía figurar por primera vez el vuelo
sin motor. Austria, Hungría, Yugoslavia, Italia, Suiza y Alemania enviaron a este
concurso de los juegos olímpicos pilotos que, con tiempo espléndido, el 4 de agosto
medían sus fuerzas en el vuelo sin motor acrobático, en Staaken (Aeródromo en las
afueras de Berlín. - N. del T.). Pero ninguna nación pudo llegar a lo realizado
por los pilotos alemanes Hanna Reitsch, Bräutigam, Hofmann y Huth, tanto desde el punto
de vista deportivo como en el aspecto técnico de los aparatos, pues, en verdad, los
pilotos alemanes tenían a su disposición el nuevo velero « K », del Instituto de Vuelo
sin Motor, completamente apto para el vuelo acrobático. Sin embargo, el resultado más
brillante del vuelo a vela de marca fue conseguido en ese día por el húngaro Ludwig
Rotter, que con el velero « Nemere », construido por él mismo, llevó a cabo un vuelo
olímpico con objetivo Berlín-Kiel y, con los 336 km. cubiertos, no solamente superó su
propia marca, sino también la húngara y, además, su vuelo resultó el de la mayor
distancia recorrida en aquel año. También hubo otros muchos vuelos de este género, así
como durante el concurso, con lo que resultó notablemente aumentada la importancia de los
vuelos con objetivo, es decir, anunciando antes de la partida el aeropuerto de llegada,
pues los éxitos y marcas de los últimos años en esa clase de vuelo apenas tenían
importancia. Pero lo verdaderamente grandioso en este tipo de vuelo con objetivo fue el
circuito a través del sur de Alemania, organizado por el Instituto de Vuelo sin Motor y
al que desgraciadamente no se le dio la importancia que tenía; siendo llevado a cabo en
circunstancias meteorológicas marcadamente poco favorables; comprendía ese circuito
Darmstadt, como punto de salida; después
Würzburg, Nuremberg, Munich, Augsburgo, Böblingen, Mannheim y regreso a Darmstadt,
constituyendo una magnífica prueba de la posibilidad y seguridad de empleo del vuelo sin
motor en el vuelo con objetivo, pues nada menos que cuatro pilotos de los ocho que
envolaron hicieron la vuelta en ocho días: Heini Dittmar, de Darmstadt, que fue declarado
vencedor de la prueba por ser el primero que llegó al aeropuerto de salida; Baur, de
Stuttgart: Osann, de Darmstadt, y Wiesehöfer, de Munich.
Incluso el concurso del Rhön se caracterizó por conceder
en sus bases una atención primordial al vuelo con objetivo. Desde el punto de vista
deportivo, la semana del año de la Olimpíada hizo resaltar de modo extraordinario y a
pesar del trabajo de conjunto en todos los aspectos el caso de un piloto, como claramente
se desprende de su puntuación, pues como vencedor alcanzó 1800 puntos, mientras que el
inmediato sólo llegaba a los 1000; fue ese distinguido piloto, que con ello salía otra
vez del olvido, el poseedor de la marca mundial de duración, Kurt Schmidt. En estas
pruebas consiguió todos sus éxitos en un nuevo velero, el « Mü 13», que había
construido él mismo con la colaboración de su amigo Scheibe. Schmidt elevó la marca de
duración del Rhön a 13,33 horas; voló, fijando el objetivo, hasta Tréveris, a 250 km.,
que fue el recorrido máximo de las pruebas y el mejor vuelo con objetivo; voló con otros
pilotos hasta Würzburg y ya en el primer vuelo de ensayo llegó al campo de instrucción
militar de Grafenwöhr, con un recorrido de 165 km. De los demás vuelos con objetivo:
merece mención el combinado de los dos hamburgueses Heinemann y Huth, que después de
recorrer 198 km. aterrizaron en el aeródromo de Bonn.. La misma distancia volaron Späte,
de Chemnitz y Hakenjos, de Stuttgart, que hicieron una visita anunciada al lugar en el que
habían aprendido a volar: Hornberg (Würtemberg). Otra proeza más fue la llevada a cabo
por los pilotos de la Prusia oriental, Kuhn, de Danzig, König y Ruhnke, de Könisgsberg,
que realizaron el primer vuelo combinado con objetivo, envolando en cadena (Remolque
múltiple, en este caso triple. - N. del T.) y aterrizando, después de recorrer
125 km., en el aeródromo de Wiesbaden. Entre las otras numerosas proezas realizadas, hay
que citar también la del mismo piloto Blech, de Breslau, que obtuvo la marca alemana de
altura y que hizo fijar en él la atención muchas veces durante este año, a causa de sus
vuelos de altura: con un « Rhönsperber» alcanzó los 4480 m. de altitud encima del
macizo de la Wasserkuppe. El único participante femenino, la capitana poseedora de las
marcas mundiales, Hanna Reitsch, contó en la lista de sus triunfos el vuelo con objetivo
de 133 km. de distancia a Nuremberg. Entre la totalidad de valores positivos que figuran
en los 61 participantes en el concurso, hay que mencionar cinco puestos de honor que
resultan del método de apreciación más perfeccionado empleado por primera vez en este
año de asignación de puntos a las pruebas, y que dio lugar a la siguiente
clasificación: 1º, Kurt Schmidt, de Munich, 1800 puntos; 2º, Hakenjos, de Stuttgart,
1000 puntos; 3º, Peter Riedel, de la « Deutsche Lufthansa » (Compañía Alemana de
Navegación Aérea. - N. del T.), 4º, Kraft, de Hornberg; 5º, Hanna Reitsch, de
Darmstadt, y 6º, Späte, de Chemnitz.
Por este tiempo, el Instituto de Vuelo sin Motor realizo
la expedición proyectada al lago Chiem, para estudiar las posibilidades de vuelo a vela
en la alta montaña y en la cual Heini Dittmar obtuvo uno más de sus brillantes éxitos,
pues atravesó en velero por primera vez el macizo del Grossglockner.
Aun fueron más notables las proezas en vuelo de alta
montaña en la última semana de mayo de 1937, con ocasión de la reunión de la ISTUS
(International Studíenkommission für den Segelflug: Comisión Internacional del Vuelo
sin motor. N. del T.), en
Salzburgo, durante la cual se hicieron vuelos de comparación internacional. Se habían
reunido treinta pilotos de seis naciones, todos con el mismo deseo: poder volar sobre los
Alpes en toda su amplitud. El primer día fracasaron los ensayos, después de un vuelo de
60 km., es decir, en el comienzo de los Altos Alpes. Pero en el último domingo de mayo,
el mundo del vuelo sin motor tenía noticia de algo extraordinario: nada menos que seis
pilotos alemanes volaban sobre el macizo de los Alpes, de los cuales cinco atravesaban en
vuelo a vela los Alpes Calcáreos del Sur; el piloto Karch, de Munich, volaba 196 km.
hasta Farra d'Alpago, alcanzando no solamente la mayor distancia, sino también la mayor
altitud, todo realizado en su biplaza « Milán », con Klein como pasajero. A este piloto
le siguió Kracht, de (Aquisgrán, con 176 km. hasta Osopo, cerca de Udine, mientras que,
con poco intervalo, llegaban uno tras otro a Pieve di Cadore Hanna Reitsch, Ruthardt, de
Stuttgart y Ziegler, de Munich, con recorrido de 160 km. Un día después, hacía análogo
recorrido Osann, de Darmstadt, en su « Windspiel », cubriendo 175 km. En la repartición
de premios también obtuvo uno Nessler, de Francia, con su recorrido de 110 km., como
asimismo otros cinco pilotos no alemanes recibieron premios de mérito, llegando así el
vuelo a vela de allende las fronteras alemanas a ser capaz de llevar a cabo competiciones
generales.
Ya se había señalado esa circunstancia con motivo del
primer vuelo de duración de Martens en 1922, que llenó al mundo de asombro. Los más
entusiasmados en sus visitas a la Wasserkuppe, al volver a sus países, fundaron con
éxito grupos de vuelo sin motor, y la marca mundial de duración siempre era muy
disputada en todos los países; de 1922 a 1924 la tuvieron los franceses Maneyrol, Thoret
y Barbot, y el gran competidor de Ferdinand Schultz era Massaux, de Bélgica, el cual
voló en 1925 durante 10,30 horas; otra vez fue la marca fuera de Alemania cuando en 1931
el teniente americano Cocke voló durante 20,55 horas en Honolulú. Sin embargo, las
marcas de fuera de Alemania declinaron en el segundo período del vuelo a vela, pues
después de los grandes éxitos de los años de 1923 a 1925, en los que también tuvo
Francia con Auger la marca de altura, el ideal del vuelo sin motor se aletargó en los
otros países. Esta situación se modificó cuando desde 1931 los pilotos alemanes de
velero salían por todo el mundo, solicitados a hacer exhibiciones y con sus proezas
convencían a todo el mundo, y con ello el espíritu del vuelo a vela se despertaba a
nueva vida allende las fronteras alemanas y en todos los países surgían propulsores que
deseaban llegar a realizar las proezas llevadas a cabo en Alemania. Desde aquel tiempo
creció año tras año el número de los países que cultivaban el vuelo sin motor y
pronto fue necesaria una organización para unificar las diversas tendencias, de modo que
en marzo de 1930 se constituía la ISTUS (Internationale Studíenkommission für den
motorlosen flug), cuyo presidente desde su fundación es el profesor doctor Georgii, de
Darmstadt. Hoy comprende la ISTUS catorce naciones, sin que en este número estén todos
los países en los que se practica el vuelo sin motor: Bélgica, Brasil, Alemania,
Inglaterra, Finlandia, Francia, Holanda, Yugoslavia, Italia, Polonia, Portugal, Suiza,
España y Estados Unidos de Norteamérica. Al mismo tiempo que se extendía a cada país
el vuelo sin motor, crecían también los éxitos, de modo que hoy las marcas de muchos
países representan proezas que ya no son de la práctica diaria de Alemania, no debiendo
olvidar que en la mayor parte de las naciones el vuelo sin motor es sólo consecuencia de
la iniciativa de algunos hombres aislados. Así el vuelo sin motor fuera de Alemania
cuenta con proezas que dentro del marco de esta breve historia del vuelo a vela tienen
gran importancia. Entre estos resultados sobresale Polonia, tanto en cuanto al número
como en cuanto a la calidad de las marcas, así como en el aspecto constructivo. Las
marcas polacas están hoy en los 557 km., la de distancia, 3500 m. sobre el punto de
salida, la de altura y 24 horas, la de
duración. A mediados de mayo, esta marca de duración era mejorada por una muchacha que
permaneció 24 horas en el aire, consiguiendo la marca mundial femenina, que resultaba
nada menos que duplicada. Más que las marcas, permite formar un juicio completo de ese
progreso la lista de los poseedores de emblemas de marca internacional. Entre los
trescientos catorce de esos poseedores, a principios de 1937, ochenta y seis eran de
allende las fronteras alemanas. Todavía más claramente se ve el desarrollo del vuelo sin
motor fuera de Alemania, atendiendo a la estadística anual: mientras que en los primeros
años 1931 y 1932 ningún ciudadano no alemán había cumplido las condiciones para el
emblema C de plata y, en 1933, solamente Jack O'Meara había hecho los tres vuelos
necesarios para conseguirle, los países no alemanes poseyeron en 1936 nada menos que
cincuenta de los ansiados distintivos, entre los ciento veinticuatro alcanzados en ese
año, siendo esos países: Suiza, Francia, Finlandia, Letonia, Polonia, Hungría, Austria,
Inglaterra, Estados Unidos y Brasil. En algunos países, el vuelo sin motor está ya
suficientemente desarrollado para celebrar concursos anuales, siendo entre ellos el más
antiguo el de Elmira, en América; también tienen éxito desde hace varios años los
concursos polacos, y los suizos e ingleses van ganando cada vez mayor importancia.
En todo lo dicho no se ha tenido en cuenta las marcas
rusas, pues los resultados obtenidos en este país se conocen con dificultad; pero es
indudable que Rusia debe figurar entre los países que mejor cultivan el vuelo sin motor;
cuando los alemanes participaron en el concurso general ruso de Crimea, en 1925, contaban
ya los rusos con buenas marcas y en el transcurso del año alcanzaban algunas otras
aisladas, como en el vuelo de duración, igual que pasaba en otros países. Finalmente, en
la primavera de 1937 se reconoció de manera oficial para Rusia la marca mundial de
distancia, habiendo volado con verificación el piloto Rastorguyev 652 km. También son
especialmente activos los rusos desde el punto de vista constructivo, en el cual destacan
sus trabajos en aparatos multiplazas y veleros adecuados para vuelo rápido.
El año 1937 trajo, además de los resultados de la
reunión de la ISTUS, en Salzburgo del 4 al 18 de julio, el concurso internacional más
importante celebrado hasta ahora, en el lugar de la tradición, en la Wasserkuppe, en el
que tomaron parte seis naciones con cuarenta pilotos y veintiocho aparatos. Todas las
naciones participantes, en estos catorce días de verdadera camaradería entre pilotos,
obtuvieron nuevas marcas: Mynarsky, de Polonia, consiguió la marca de distancia polaca,
ya mencionada, con 351 km.; la misma marca obtuvieron para sus países, Emmy de Roretz
(Austria), con 194 km., Sandmeier, de Suiza, con 209 km., Watt, de Inglaterra, con 178 km.
y Prachar-CSR, con 91 km. También se enriqueció la lista de las marcas alemanas
femeninas con el vuelo de 351 km. de Hanna Reitsch y, finalmente, entraban en la lista de
marcas mundiales los ingleses Murray y Fox con su vuelo de 9,48 horas de duración en su
biplaza « Falcon » después que, ya desde la primavera de 1937, la FAI (Federación
Aeronáutica Internacional. - N. del T.) había establecido la marca de la clase D
de veleros para biplazas. Pero el vencedor del concurso fue Heini Dittmar, que demostraba
así una vez más ser el mejor piloto de velero del mundo, ganando esta competición
única, y al cual seguían sus camaradas Ludwig Hofmann y Wolfgang Späte. En cuarto lugar
figuraba el valiente suizo Sandmeier, el mejor piloto no alemán del concurso, delante de
los otros dos pilotos alemanes Kurt Schmidt y Hanna Reitsch.
El premio de distancia lo compartieron Hanna Reitsch y
Heini Dittmar con el polaco Mynarsky, los cuales, como se sabe, en el primer día volaron
351 km. hasta Hamburgo, hecho por primera vez registrado en la historia del vuelo sin
motor. La marca de altura la consiguió el polaco Zabsky con 3295 m., mientras que hubo
gran lucha por la marca de duración total de vuelo entre los ingleses y los austriacos,
qué terminó con una clara victoria del austriaco Frena volando más de 19 horas en las
laderas de la Wasserkuppe, en las cuales también los yugoslavos cumplieron las
condiciones para el emblema de marca, volando más de 5 horas.
El concurso excedió a todas las esperanzas, tanto desde
el punto de vista deportivo, como en el de obtención de marcas y espíritu de
camaradería, e hizo así que la organización mundial del vuelo sin motor ocupase ya un
lugar permanente en la historia de esta modalidad de la aviación. Una cosa quedó
también demostrada: el vuelo a vela había llegado a ser un positivo valor internacional;
las marcas no alemanas, principalmente las polacas, habían avanzado de modo enorme, de
modo que había un motivo real para decir que el vuelo a vela era una disciplina de
carácter olímpico, y, además, quedaba probado que la Wasserkuppe era el mejor lugar
para el entrenamiento hacia una culminación, que podría ponerse de manifiesto en
Helsinki, en 1940.
El concurso nacional que empezó ocho días después, el
« 18 Rhön », dio ocasión a dos novedades en los aspectos técnico y de pilotaje:
vuelos de marca en biplazas y seguridad en los vuelos con objetivo. Entre las grandes
proezas de pilotaje, hay que destacar los vuelos de distancia ejecutados anunciando
previamente el lugar de aterrizaje y, ciertamente, los de Schmidt y Ludwig, que volaron,
por primera vez, 289 km. hasta Munich; Treuberg y Beck, que recorrieron 276 km. hasta
Dresde, mientras que Blech no solamente aterrizaba en Augsburgo, a 250 km., sino que
también alcanzaba en este concurso la mayor altura con 4090 m. y con ello entraba en
posesión definitiva del premio « Príncipe Enrique ». Fue declarado vencedor el
estudiante de Munich Karch, que voló en el antiguo biplaza alemán de concurso «Mü 10»; siendo clasificada en segundo lugar la
pareja Braeutigam y Steinert, de Dresde, delante del mejor piloto de monoplaza, Back, de
Stuttgart, el cual cubriendo los 1739 km. resultó también con la mayor distancia
recorrida entre los cincuenta y ocho pilotos participantes en el concurso.
Al mismo tiempo tenía efecto el concurso de vuelo de
distancia con objetivo, Wasserkuppe-Berlín y regreso en doce etapas, con un recorrido
total de más de 700 km., concurso que fue verificado a pesar de las malas condiciones del
tiempo, y en el que resultó vencedor el piloto hamburgués Huth, y segundo, Wiesehöfer,
de Munich, realizando ambos el último día vuelos de extraordinaria perfección.
En los últimos años llegaban constantemente a Alemania
noticias de las grandiosas marcas que se iban consiguiendo en otros países, pero en el
año 1938 los pilotos alemanes reafirmaron de modo ostensible su superioridad ante los de
otros países, aun más manifiesta bajo la consciente dirección del Cuerpo de aviadores
del N. S. En mayo, el conocido piloto de marcas y primer vencedor del « Premio de honor
Adolfo Hitler » para el vuelo a vela, Ludwig Hofmann, realizaba vuelos en biplaza de 400
y 401 km., a los cuales les faltaba muy poco para haber rebasado los 407 km. en que estaba
la marca mundial de esta clase de aparatos; sin embargo, esos vuelos representaron los
mayores recorridos hechos saliendo del aeródromo de vuelo a vela de Trebbin, cerca de
Berlín y le llevaron, el uno hasta poco antes de Brünn y el otro hasta la frontera
silesiano polaca. En el 7 de julio se obtiene la primera marca mundial de este año para
Alemania: el estudiante de Darmstadt, Flinsch, volaba en el nuevo aparato « D30 » desde
Bremen a Lübeck y regreso al aeropuerto de Bremen, con un recorrido total de 305 km., que
representaba la nueva marca mundial de distancia recorrida, volviendo al punto de salida.
La misma marca de biplaza aseguraba para Alemania un mes más tarde el Jefe de Grupo del
NSK (Nationale Sotialistische Flieger Korps. Cuerpo de Aviadores del Nacionalsocialismo.
- N. del T.) Huth, de Hamburgo, el cual hizo el recorrido Hamburgo-Hannover. y
regreso con vuelo total de 258,830 kilómetros; la marca anterior de esta clase estaba en
los 191 km. La proeza más grandiosa de este año en vuelos fuera de Alemania la llevó a
cabo Otto Braeutigam, uno de los veteranos en el vuelo sin motor alemán. Durante el mes
de junio estuvo, hasta poco antes del concurso del Rhön, en los Balcanes y allí, el 3 de
julio, envolaba en el aeródromo de Sofía, anunciando su propósito de llegar a Varna, en
la costa del Mar Negro, y, efectivamente, lo conseguía volando sin motor sobre país
extraño y llegando al punto fijado de antemano, con un recorrido de 390 km.
En 1938 hubo una gran competición por la marca mundial de
duración en biplaza: ya en mayo Meyer y Schneider volaron durante 21,02 horas en las
laderas del oeste de Hornberg, consiguiendo una nueva marca mundial; del 5 al 6 de
septiembre hacían su aparición en el vuelo a vela los pilotos de la Marca Oriental
Kahlbacher y Tauschegg, con un vuelo de 23,43 horas: ¡ nueva marca mundial ! Dos días
después, envolaba Kahlbacher, esta vez con Fuhringer, en el Humdsheimer Kogel y se
pasaban dando vueltas al monte, a pesar de la niebla y de las nubes bajas, durante 40,51
horas: ¡ otra marca mundial ! A principios de diciembre llegaba la sorprendente noticia
de que sobre las dunas de Rossitten dos pilotos alemanes de velero, Boedecker y Zander,
volaban a vela por espacio de ¡ 50,51 horas !, lo cual era, además de una marca de
aviación, una prueba de increíble resistencia física: de esas 50 horas, 30 habían sido
de vuelo nocturno.
La culminación del año fueron los dos concursos
celebrados en él. El Concurso de distancia con objetivo se verificó en las peores
condiciones imaginables de tiempo para vuelo a vela y comprendía un circuito que iba
desde los países del Oeste, partiendo de Sylt y pasando por Flensburg - Kiel -
Altona - Hagenow - Wittenberge - Brandenburg - Berlín - Rangsdorf - Kottbus
- Sorau - Liegnitz, hasta el aeropuerto de Breslau, con un recorrido de 810 km. Fue
la vencedora, entre los veintitrés participantes, Hanna Reitsch, que entró la primera en
Berlín desde Hamburgo y en, el objetivo, Breslau, con el menor tiempo de vuelo. El
clasificado en segundo lugar fue el Jefe del NSFK, Kurt Schmidt, que también realizó
etapas difíciles desde Sylt, por Kiel, a Hamburgo y con ello perdió días de mucho valor
para la puntuación, apreciada según las bases del concurso.
El 19 Concurso del Rhön del año 1938 mereció entrar de
modo especial en la historia del vuelo sin motor, lo mismo que los de los años 1922,1931
y 1935.
Otra vez se habían reunido en el cerro de la tradición
los sesenta mejores pilotos alemanes de velero, ahora también por primera vez con los
camaradas venidos de la recién rescatada Marca Oriental; conocidos pilotos por sus
proezas y hombres desconocidos, salidos del Cuerpo de Aviadores del N. S., todos los
cuales eran iguales en una cosa: en su espíritu deportivo, con el que únicamente puede
explicarse la casi increíble suma de marcas que se obtuvieron y que fue admirada por toda
la prensa deportiva del mundo. Por otro lado, el Rhön fue favorecido con un tiempo
sumamente favorable, así que se realizaron culminantes proezas en proporciones hasta
entonces desconocidas. Vuelos, en los que al salir se anunciaba el punto de llegada y con
recorridos de 200 km. hacia la Westfalia, por una parte, y a la Marca Oriental bávara,
por otra, eran cosa de todos los días, cuando hasta entonces estos vuelos sólo
pertenecían a la clase de marcas aisladas. A esto se añade el que los maestros del Rhön
aterrizaban por primera vez « en escuadrilla » en los aeródromos de Berlín (dieciocho
pilotos), volaban a vela después hacia el Oder, hasta Stettin, hasta la costa misma del
mar Báltico y de aquí a Friburgo de Brisgovia y, finalmente, atravesando la frontera,
camino de Holanda, para aterrizar en el aeródromo de Rótterdam. Sin embargo, los éxitos
imperecederos de este concurso de 1938 fueron los fantásticos vuelos de altura. A partir
de la marca mundial de 1934, establecida por Heini Dittmar con los 4350 m., se fue
ganando, en forma sucesiva, más y más altura, subiéndose finalmente a los 8000 m. de
altura absoluta, después de haber conseguido, en una vez, los 5500 m. y en otra los 6400
m., quedando, por fin, con la homologación, como marca internacional, de los 6687 m., los
cuales fueron conseguidos por el capitán de la Lufthansa, Drechsel, en uno de los
numerosos vuelos en frentes tormentosos.
La Comisión Internacional del Vuelo sin Motor estableció
en este año un emblema de oro, cuya posesión exige para poseerlo, además de un vuelo de
distancia de 300 km., haber llegado a los 3000 m. de altura sobre el punto de salida. Esta
grandiosa y culminante proeza fue realizada, solamente en este Concurso, nada menos que ¡
setenta veces ! El vencedor en esta competición aviatoria con inaudito espíritu
deportivo fue el ya conocido desde varios años, Wolfgang Späte, muy poco por delante del
incansable Kurt Schmidt; mientras que en la clase de los biplazas no fue derrotado el
piloto Romeis, de Gersfeld. Lo mismo que ocurrió con la marca de duración, que una vez
más fue superada, sucedió también con la marca mundial de altura que había establecido
Drechsel: en noviembre trepaba Ziller en un « Kranich », apoyándose en la nube
«Moazagotl», a los 6841 metros de altura sobre el punto de salida y conseguía con ello
la marca internacional de la clase de monoplazas.
La FAI (Federación Aeronáutica Internacional) admitió,
en la lista de marcas internacionales de la clase D, vuelos a vela de marca en monoplaza y
multiplaza, de distancia con regreso al punto de salida, además de las que ya había de
altura, duración y distancia, es decir, en total ocho marcas, de las cuales nada menos
que seis estaban en poder de alemanes. A esto se añade la marca internacional femenina de
distancia que posee la capitana Hanna Reitsch, con 349 km. de vuelo.
Sin embargo, al progreso de la aviación hay siempre que
ofrecer la vida de los mejores... Los aviadores de vuelo sin motor lamentan la temprana
muerte de su camarada, el piloto de altura Werner Blech, el cual, volando un sencillo
frente tormentoso del Rhön, encontró el glorioso final del aviador... Sus grandiosas
proezas y sus méritos imperecederos en el vuelo sin motor fueron recompensados con el
« Premio de honor Adolfo Hitler » que le fue concedido en 1937.
En febrero de 1939 se reunió en Roma una Comisión
internacional para escoger, mediante una semana de pruebas, el tipo de velero que habría
de volar en, la Olimpíada de 1940. Se ensayaron cinco aparatos de Alemania, Italia y
Polonia, sometidos a dura competición y resultó que si en Helsinki tiene efecto por
primera vez un concurso olímpico de vuelo sin motor en su campo de Jämijärvi, los
pilotos de todas las naciones volarán en un velero alemán, pues la elección recayó en
el « DFS Meise », proyecto del conocido ingeniero Jakobs. Para los alemanes el progreso
del vuelo sin motor en el extranjero es un honroso elogio.
El año 1939 empezó con vuelos que, en parte,
representaban nuevas mejoras en las marcas: en abril volaba Braeutigam 362 km. y
aterrizaba en el aeródromo de Viena, mejorando considerablemente
la distancia recorrida con objetivo fijado, que estaba desde 1936 en los 336 km.
Igualmente se conocieron en las semanas siguientes los importantes vuelos realizados en
todos los grupos de Alemania: en uno de los primeros vuelos el teniente de Aviación
militar Paselak salía de la Wasserkuppe y recorría 475 km., con una altura, sobre el
punto de salida, de 4350 m., es decir, en un solo vuelo cumplía las condiciones para el
« Emblema dorado »; Peter Glöckner, de la DFS, subía hasta los 9200 m. después de
envolar por remolque sobre el Grossglockner, no representando, sin embargo, este vuelo una
marca, porque la suelta del remolque había tenido efecto a los 5500 m. de altitud, y el
Jefe de Grupo del NSFK, Settgast, mejoró la marca de duración de las laderas de la
Wasserkuppe, de « su » escuela, alcanzando las 14,13 horas. Entre las mejores proezas de
los países no alemanes figura el vuelo sobre el Canal de la Mancha del inglés Stevenson,
pues, aunque sólo supuso un recorrido de 185 km., el piloto se arriesgó a la travesía
del Canal hacia Francia, después de haber luchado por conseguir una marca de altura. Sin
embargo, el día del año que despertó mayor interés fue el 24 de mayo, en el que Kunz,
jefe de estandarte (Estandarte, unidad armada de la SS, (secciones de protección) y SA
(grupos de asalto) del partido Nacionalsocialista. - N. del T.) del
NSFK, Jefe de la Sección de Vuelo a vela del Estado Mayor del Jefe del Cuerpo, realizó
en el aparato para la Olimpiada un vuelo con objetivo de 384 km. desde Trebbin a
Nuremberg; aterrizó con él allí mismo Zumdensen, después del mismo recorrido.
Esta marca fue rebasada en el mismo día por Kurt Schmidt,
el que, desde Trebbin, anunció una visita a su patria chica adoptiva, Holzkirchen, y
cubría, al realizar ese vuelo, 482 km. Finalmente, la marca alemana absoluta de distancia
establecida desde 1935 fue mejorada por Vergens, que aterrizó en Tiefenried, en la Alta
Baviera, después de un vuelo de 525 km.
El primer gran concurso de 1939, el vuelo a vela con
objetivo, desde Friburgo de Brisgovia a Stettin, tuvo efecto con mal tiempo, cubriéndose
840 km. de vuelo en trece etapas y alcanzando el objetivo fijado catorce aparatos de los
veintidós que habían salido. Venció el conocido piloto de la marca de duración Kurt
Schmidt, siguiéndole Braeutigam y Flinsch, y siendo la sexta Hanna Reitsch.
Después de la reincorporación del país de los Sudetes y
del establecimiento del Protectorado sobre Bohemia y Moravia, quedaba libre la ruta del
Sudeste y, con ella, abierta la posibilidad de mejorar los vuelos de distancia partiendo
de la Wasserkuppe.
Volar e investigar es lo que nos ha dado las posibilidades
de volar a vela, lo que nos ha hecho posible utilizar la energía de las nubes y de los
frentes, de la térmica y del viento térmico. Podemos estar convencidos de que este
camino no sólo nos ha llevado al éxito del vuelo a vela, sino que nos ha planteado
nuevos problemas, especialmente el inquirir las posibilidades de vuelo sobre el agua y en
la alta montaña para llegar, finalmente, a compendiar, en el vuelo sin motor, todas las
energías que insospechadamente estaban contenidas en la atmósfera, en el imperio del
aire; el trabajo para este progreso se puede concretar en:
Volar - construir - investigar...
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