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Manual del Vuelo a Vela
Wolf Hirth
1942
Construcción de veleros y conservación
Pruebas y certificados
por
HEINZ KENSCHE
En este lugar
no se va a tratar de la construcción de aparatos abarcando todos sus detalles, puesto
que esto daría demasiada extensión al capítulo y saldría de los límites impuestos a
este libro.
Al
principio del vuelo sin motor, las necesidades en cuanto a aparatos se cubrían, en su
mayor parte, por la construcción que podría decirse autónoma, pues cada grupo se
construía sus propios aparatos. Este modo de construir se consideró como el apropiado en
un principio, porque entonces el interés por el vuelo a vela no era general y además
se buscaba que por ese medio se fuese encontrando el modo de construir más adecuado, lo
que tenía efecto dejando de lado algunas tentativas industriales. La construcción
autónoma tiene tales ventajas, especialmente desde el punto de vista educativo, que aun
hoy, que la industria cubre casi todas las necesidades en material, se da gran valor a
que todos los pilotos estén en condiciones de, al menos, construir ciertos elementos de
los aparatos. Esta tendencia está atestiguada por el establecimiento con carácter
oficial de escuelas de construcción de veleros y Escuelas de maestros de taller. La
construcción autónoma tiene el objeto no sólo de desarrollar la habilidad manual,
sino también de estimular las facultades creadoras de los jóvenes pilotos y darles una
imagen más plástica del valor que supone un aparato, y por fin, y esto no en último
lugar, que tengan conocimiento exacto de la construcción interna de los veleros.
El
mantener el material de vuelo en estado de volar, o sea la llamada conservación, que en
la mayor parte de los casos se confía al mismo piloto, exige de éste cierta habilidad
manual, que se consigue o se perfecciona tomando parte en la construcción de los
aparatos.
¿ Qué
piloto que no haya pasado por una escuela de construcción de veleros, podrá juzgar sobre
si un aparato que lleva en vuelo un determinado tiempo está todavía o no en condiciones
de volar ? ¿ O si el contrachapado ya dañado de un larguero, una costilla defectuosa, un
contrachapado estropeado en un fuselaje o en un ala, tendrán tal o cual influencia en
la resistencia general del aparato ? El alumno de vuelo a vela aprende en el taller no
solamente la confección de un elemento de avión hecho de madera o de metal, sino
también la manera de componer el conjunto para procurar la mayor duración posible de la
construcción y, por lo tanto entra ya en las cuestiones de conservación. Llega a conocer
asimismo que la buena conservación de los elementos de madera y los herrajes exige
protegerlos de las inclemencias del tiempo, especialmente de la humedad. y que un buen
barnizado sólo representa un cierto tanto por ciento contra la acción de esa humedad y
que, por eso, un aparato que haya sido mojado por la lluvia o la niebla debe ser secado
cuidadosamente para que esa humedad no produzca daños innecesarios en la madera y en
las encoladuras.
Todo el
que haya llegado a entrar de lleno en el vuelo a vela y que, por ejemplo, ha ayudado a
montar un velero, ha oído las quejas del profesor de vuelo al ver que los tensores no
corrían suavemente porque estaban secos y sucios; porque los pernos estaban torcidos, los
tirantes de alambre y los herrajes oxidados, mandos no corrientes a consecuencia de falta
de engrase de poleas y cojinetes. Especialmente en lo relativo a una elemental
conservación del buen estado de los elementos del mando, no se ha prestado la atención
debida. En el capítulo sobre las propiedades del vuelo de un aparato, se ha hecho notar
el valor que tiene la soltura y suavidad en los mandos. Un piloto o un profesor de vuelo
concienzudo, antes de empezar un período de vuelos y en cada montaje, engrasa
convenientemente los pernos y los elementos de transmisión de los mandos. Se podría
escribir un libro sobre el modo de conservar el velero y cuidados que requiere, por
ejemplo: después de un largo vuelo, de un transporte por carretera; en el montaje, en el
transporte en un aeródromo, etc. En este lugar sólo se dirá algo sobre ciertos
detalles, para que el alumno comprenda el valor que tiene la conservación hecha por un
especialista.
Lo que se
diga aquí sirve también, naturalmente, en igual medida, para los medios auxiliares tales
como automóviles remolcadores, tornos, cables de envolar, etc. Como personas de confianza
para la conservación de los coches se escogerán obreros de talleres metalúrgicos o, a
lo menos, personas que conozcan ya algo de construcción o de conducción de
automóviles. Los cables para remolque con auto o torno serán de las casas acreditadas
en la fabricación de estos elementos. Los cables que nunca han sido extendidos, después
de usados la primera vez forman lazos que dificultan y hacen lento su manejo. Cuando el
cable se ha mojado por haber estado sobre césped o suelo húmedo o por la lluvia, se debe
cuidar de frotarle con un paño seco o impregnado de grasa, durante su arrollamiento en el
tambor. Al mismo tiempo, se aprovechará la ocasión para reconocerle fijando la
atención en si tiene nudos, grietas o picaduras de las pinzas empleadas para las
banderolas, etc. Lo mismo se aplicará a los cables de remolque por avión. Los tirantes
de goma deben ser cuidados especialmente por su elevado coste, debiendo conservarse en
lugar fresco y seco, y tendidos, pero no colgados. Para la conservación de los tirantes
de goma el jefe del NSFK ha dictado instrucciones al efecto.
Los
veleros, tanto de Alemania como de los otros países que en parte prefieren material
alemán, son suministrados por la industria especial de este ramo. Los constructores más
importantes son, en la actualidad:
Espenlaub,
de Düsseldorf
Jehle, de
Donaueschingen
Talleres
de Aviación de Naumburg
Schempp-Hirth,
de Göppingen
Schleicher,
de Poppenhausen
Schneider,
de Grunau
Schweyer, de Mannheim
de los cuales,
Schneider construye actualmente como tipos principales «Grunau Baby lIa», así
como «Zögling» y «SG 38»; Schempp-Hirth, los
tipos de Wolf-Hirth y de Hütter, «Göppingen III»
(Minimoa) y « Göppingen IV»,
así
como el velero de acrobacia «Habicht». Schweyer construye exclusivamente «Kranich» y
«Weihe»; Schleicher, los modelos de Jacobs, «Rhönadler», «Rhönbussard», como
también «SG 38» y nuevamente el «Condor III». Jehle construye los modelos de Scheibe,
especialmente el «Mü 13»; Espenlaub y los talleres de Naumburg, el «Baby lIa». Los
demás tipos de escuela, principalmente el «SG 38», son construidos por el sistema
autónomo en las Escuelas oficiales de construcción de veleros.
En los
primeros años de vuelo sin motor nadie se ocupó de la cuestión de seguridad. Pero
cuando el vuelo a vela tomó proporciones importantes, la Sociedad entonces existente,
Rhön Rossitten, y la Federación Aeronáutica alemana nombraron los llamados
Inspectores de construcción, los cuales eran en su mayor parte ingenieros experimentados
en construcción de veleros, y los responsables ante la Federación de que los veleros
que se usasen tuviesen las condiciones necesarias para el vuelo. Estos inspectores
tenían a su cargo las pruebas de resistencia de los aparatos que se construyesen por
primera vez, o sea las llamadas pruebas de tipos, así como las pruebas de la
construcción de los aparatos que fuesen reproducción de tipos ya aprobados.
En estos
tiempos y en correspondencia con la gran extensión que ha tomado el vuelo a vela, la
cuestión de las pruebas está organizada de otro modo. Los ensayos en vuelo de nuevos
modelos corresponden al Servicio de ensayos de vehículos aéreos, el cual es
responsable de los ensayos de toda clase de aparatos que sirvan para la navegación
aérea. Sus funciones han pasado a formar parte de los servicios exteriores del
Ministerio del Aire. Los ensayos de veleros están a cargo de la Organización para
pruebas, del Jefe del Cuerpo de aviadores del NS.
El
Imperio alemán está dividido en diecisiete grupos. Cada grupo tiene un Director
técnico, el cual dispone todas las pruebas que realizan los grupos y en su calidad de
técnico autoriza todo lo relativo a los certificados de ensayos. Es, al mismo tiempo,
el técnico oficial de aviación y director de las pruebas que se realicen en su
demarcación. Desde abril de 1938 existe en el Ministerio del Aire un negociado que
tiene por objeto llevar al día todas las cuestiones referentes al progreso y evolución
de la construcción de veleros.
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